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Salgo solo al camino;
A través de la niebla, se adivina el brillo del sendero;
La noche está en silencio. La soledad se acrecienta,
Y en el cielo dialogan, eternas, las estrellas.
¡El universo luce solemne y maravilloso!
¡Duerme el planeta acunado en hamaca de terciopelo!
¿Por qué es tan hondo mi dolor y tan cruel mi existencia?
¿Qué espero de esta vida? ¿Me lamento, acaso, de algo?...
No, no espero nada de la vida,
Y no siento pena ya de nada del pasado;
¡Tan solo busco libertad y paz!
¡Quisiera únicamente olvidarme y dormir!
Dormir…, mas no con el frío sueño de la tumba…
Anhelo poder dormir por siglos de tal modo
Que en mi pecho persistieran las fuerzas de la vida,
Que mis pulmones se inflaran suavemente al respirar,
Que cada noche, cada día, una dulce voz,
Hablándome de amor, al oído me cantara,
Que sobre mi cuerpo un noble roble, eternamente
Floreciera y, al ritmo del viento, en mi frente susurrara.
1841
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A mis amigos
Nací con un alma apasionada,
Amo estar con mis amigos,
Y de cuando en cuando
Compartir el contenido de una copa.
No me complace la gloria bulliciosa,
Solo el amor y la amistad avivan mi corazón;
Me estremecen de igual forma
El sonido de la lira y el fluir de la sangre.
Mas a veces, en medio de la algarabía
Mi alma se agita y se entristece…
En medio del ruido desenfrenado de la resaca
La razón domina al corazón.
1829
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¿Por qué?
Si estoy triste es porque te amo,
Bien lo sé: tu floreciente juventud
Se marchitará bajo el influjo
De la maledicencia de la plebe.
Por cada día luminoso, por cada instante dulce
Pagarás al destino con lágrimas y penas.
Si estoy triste… es porque tú estás alegre.
1840
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Triste y aburrido
Estoy triste y aburrido, y nadie me tiende una mano
En este minuto de espiritual abatimiento…
¡Deseos!.., ¡para qué tanto deseo, tanto anhelo!
Los años se nos van, ¡los mejores años!
Amar… ¿a quién?.., por un rato, no vale la pena,
Y amar siempre- es imposible.
Miras en tu interior: no encuentras ni huella de un pasado,
Todo es insignificante: penas, goces, alegrías…
¿Pasiones? Su dulzor y atractivos tarde o temprano
Desaparecerán a la luz de la razón;
Y la vida alrededor, si la miras adusto,
Con fría atención, no es más
Que una tonta y vacía broma de mal gusto…
1840
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A LA MUERTE DEL POETA
(Dedicado a Pushkin, muerto en un duelo)
(EXTRACTO)
¡Ha muerto el poeta!- cayó en defensa de su honor,
Cayó, fulminado por la difamación,
Con plomo en el pecho y sed de reparación,
¡Inclinó su orgullosa cabeza…!
No soportó el alma del Poeta
La vergüenza de los míseros agravios,
Se rebeló contra la opinión del mundo,
Solo, igual que antes,
¡Y se derrumbó asesinado!
¡Asesinado!.., ¿para qué llorar ahora?,
¿Para qué el coro de vacíos elogios,
Y los tristes murmullos de justificación?
Callaron los sonidos de maravillosas canciones,
No volverán más;
El refugio del cantor es lóbrego y estrecho,
Y sus labios están sellados.
Vosotros, descendientes arrogantes
De padres conocidos por sus bajezas,
Herederos de los restos de la esclavitud,
Hijos enojados del paso de la suerte;
Vosotros, que ambiciosos os mantenéis junto al trono,
Verdugos del Genio, la Libertad y la Gloria,
Escondeos bajo el techo de la ley,
¡Frente a ustedes callan la verdad y el juez!...
Qué más da, alegraos… No pudo el Poeta
Soportar los últimos tormentos:
Se apagó su luz, su maravilloso genio,
Se marchitó su solemne corona de laurel.
1837
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No te mofes de mi tristeza premonitoria;
Siempre supe que me alcanzaría el golpe del destino;
Sabía que mi cabeza, para ti querida y notoria,
Rodaría desde tu amante pecho al borde del camino.
Muchas veces te dije: ni la felicidad ni la gloria
Serían para mí en este mundo; llegaría el infausto día,
Y caería yo al fin, para que mis enemigos
Mostrasen sus dientes filos mordiendo mi genio;
Procurando sepultar, sin una huella,
La manifestación de mi esperanza y sufrimiento.
Así, pues, espero sin temor mi prematuro fin,
Hace ya tiempo que ansío ver un nuevo mundo;
No importa si la muchedumbre
Pisotea mi corona de espinas:
¡Corona de cantor, olivo de paz y amor!
¡Sea! No me provoca pesadumbre.
1837
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Miro el futuro con temor,
Miro el pasado con tristeza
Y, cual criminal frente al cadalso,
Busco en rededor mi alma gemela;
¿Vendrá el mensajero del perdón
A enseñarme el sentido de la existencia?
¿Vendrá a señalar la esencia de pasiones y deseos?
¿A mostrarme lo que me ha preparado el destino?,
Y, en fin, ¿por qué tan cruel es el camino
Sin esperanzas de mi juventud?
He entregado a la tierra mi ofrenda
De amor y anhelos, de bondad y maldad;
Listo estoy a empezar una vida nueva,
Espero y callo: la hora ha llegado;
No abandonaré en este mundo a un hermano;
Mi alma está agobiada
Y sumergida en sombras de fría tumba;
Cual fruto temprano, privado de néctar,
Se ha marchitado en manos del destino
Bajo el tedioso fulgor de la existencia.
1838
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Si escucho tu voz
Sonora y cariñosa,
Cual pájaro en jaula
Mi corazón da brincos;
Si me encuentro con tus ojos
Profundos y brillantes,
Mi alma va a su encuentro
Brotando desde mi pecho;
Entonces, todo me parece alegre
Y me dan ganas de llorar:
¡Ay! me abrazaría a tu cuello
En ese instante fugaz.
Cual radiante cielo, tu mirada refulge
Con brillo de celeste esmalte,
Y tu voz juvenil
Suena y se desvanece como un beso.
Por un solo sonido de tu melodiosa voz
Por una sola de tus miradas
Dispuesto estoy a dar mi espada
De fiero acero.
A veces tu mirada brilla dulcemente
Y suena más tierna tu voz:
Al son de tu melodía el alma se estremece
Y la sangre hierve en mi corazón.
Mas ¡ay!, no siento ya la vida
Con sus alas de guerra y algarabía
Desde que escuché tu suave voz amada,
Desde que en mí clavaste tu mirada.
1838
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Cuando ella canta, los sonidos se diluyen
Como en los labios se funden los besos;
Sus pupilas miran- y los cielos se abren,
Traviesos, en sus divinos ojos;
Cuando camina, cuando susurra:
Todos sus movimientos y sus gestos
Están llenos de voluptuosidad
Y de sencilla gracia y hermosura.
1839
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Agradecimiento
Gracias te doy por todo; sí, por todo:
Por los secretos tormentos de la pasión,
Por la amargura de las lágrimas y el veneno de los besos,
Por la venganza de enemigos y las mentiras de amigos;
Por el ardor del alma, gastado en el desierto,
Por todo el engaño que en la vida he sufrido…
Mas, de hoy en adelante, haz de tal manera
Que no tenga mucho ya de qué agradecerte.
1840
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Patria
¡Amo a la Madre Patria, pero con extraño amor!
No puede mi razón con este amor.
Nada podrá cambiar este noble sentimiento:
Ni la sed de gloria, que se alcanza con sangre,
Ni la calma de quien orgulloso cree en sí mismo,
Ni la herencia de la oscura antigüedad.
Amo de mi tierra- no sé el porqué-
Sus inmensas estepas silenciosas
Sus perfumados bosques sin límites
Sus ríos de orillas infinitas, que parecen mares;
Me gusta pasear en carroza por sus caminos,
Y observar en las oscuras noches
Los fuegos y destellos de la campiña
Que anuncian un sosegado hospedaje;
Y amo el humo que exhalan las chimeneas;
Me gusta dormir en la estepa a cielo abierto
Y contemplar, allá, en la colina,
En medio de los amarillos campos,
Las frágiles siluetas blancas de los abedules.
Con una alegría, para muchos desconocida,
Miro la era en medio de los campos,
Y la izbá1 con el techo cubierto de paja
Con sus ventanas de persianas talladas;
En las tardes silenciosas, cargadas de rocío,
Me gusta compartir, hasta la medianoche,
Los bailes ágiles, de alegría el derroche,
Y las ebrias conversaciones de los aldeanos.
1 Casita de madera, muy tradicional en el campo ruso
1841
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A Smirnova A.O.
Cuando Usted no está, anhelo decirle tantas cosas,
Y cuando Usted llega, sólo deseo escucharla;
Pero en silencio, severa Usted me clava la mirada,
Y tengo que callar intimidado. ¿Qué hacer?..
No puedo entretenerla
Con mi discurso tedioso…
Todo esto sería incluso muy jocoso
Cuando no fuera tan triste…
1840
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No, no es a ti a quien amo, así, apasionadamente,
No es para mí de tu belleza el brillo deslumbrante:
Amo en ti los viejos sufrimientos,
Amo en ti mi marchita juventud.
Cuando a veces extasiado te miro
Buscando no sé qué en tus ojos,
Ocupado en extrañas pláticas,
No es contigo con quien hablo.
Converso con la amiga de mis años juveniles,
Busco en tu semblante el rostro de otras divas,
Busco en tus labios vivos, otros que ya no existen,
Y en tus pupilas, el fuego de otros ojos ya extintos.
1841
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